jueves, 7 de enero de 2010

EL AYUNTAMIENTO VETA EL USO DEL CASTELLANO PARA SIEMPRE

No importa que al menos el 60% de la población se exprese habitualmente en castellano, ni que la amplia mayoría de turistas de la ciudad vengan del resto del país.
No ha importado nada.

El ayuntamiento socialista de Barcelona aprobó el Reglamento de Uso de la Lengua Catalana con el único voto en contra del PP. Un reglamento que 'regulariza' el uso del catalán como lengua preferente del consistorio.
Vale que la elijan como lengua 'favorita', pero es que la norma conlleva que cualquier documento o impreso que se necesite del ayuntamiento esté sólo disponible en catalán, y que los que están en castellano se mantengan 'escondidos' de la vista de forma que se tengan que solicitar.
La norma exige que los funcionarios utilicen siempre el catalán para dirigirse al ciudadano, cambiando si éste solicita ser tratado en castellano. Además, para gozar de subvenciones municipales, las empresas deberán tener sus rótulos y formularios en catalán.

Todo un vacío y una exclusión 'social' del castellano, lengua que ya ha visto cómo estas navidades era olvidada 'aposta' en muchos de los luminosos que cuelgan en las calles deseando 'bon nadal'. Estaba en chino, en ruso, en francés...en lo que fuera, menos en castellano. La Junta de Comerç es la principal responsable, ya que hubo una oleada de quejas de los comercios queriendo aclarar que a ellos jamás les dijeron que el castellano no constaría. Incluso algunas calles comerciales han improvisado una pancarta deseando 'Felices fiestas' que han colgado en lugar aparte.

En fin...un paso más en la inexplicable e injustificable 'vendetta' que tiene la política catalana (sea de derechas o de izquierdas) con el castellano, al que vapulea, pisotea, ningunea y si puede, lo condena al olvido.
La inteligencia y el valor que desprendería una sociedad bilingüe, sin menosprecio de ninguna de las lenguas, nunca se ha querido entender aquí. Primero se aplastó una en la dictadura, y ahora, en tiempos supuestamente democráticos, se aplasta a la otra.
Y estamos en democracia. Qué menos que respetar la diversidad y la pluralidad, ¿no?