TERMINA LA RECUPERACIÓN DE SANT AGUSTÍ VELL

Barcelona tuvo muchos conventos pero siempre fueron objetivo de las bombas, de las rebeliones y de la ira, con lo que hoy día sólo puede contar una décima parte de todos los que tenía, y la mayoría en penoso estado.
Uno de los que más destrucciones sufrió, San Agustín Viejo, fue rehabilitado en parte hace unos años como centro cívico y cultural, y el ayuntamiento ha culminado ahora su recuperación total con la puesta a punto de las capillas.

Casi un millón de euros ha costado reformar estos espacios (único resto que quedaba de la iglesia del siglo XIV) para convertirlos en minisalas polivalentes. En esta recuperación han aflorado elementos góticos originales que se han conservado fielmente (la foto corresponde a un capitel de otra parte del convento).


El convento de Sant Agustí Vell empezó a construirse en 1349 y se prolongó varios siglos. Los bombardeos de 1714 lo afectaron, tras lo cual fue demolido en parte para construir la ciudadela y por ello los religiosos se marcharon para construir otro templo en el Raval. Los restos se reformaron como principal horno de pan de la ciudad, y luego cuartel de tropas.
Tras décadas de abandono, el ayuntamiento emprendió un ambicioso plan de recuperación como centro cívico y cultural, que le ha devuelto parte de su aspecto, al tiempo que lo ha rodeado de un halo de modernidad.