Para esa fecha se habrán retirado todos los andamios y finalizado todas las obras de la nave. Será en septiembre de 2010 cuando el templo expiatorio podrá acoger ya las celebraciones de culto.
Las bóvedas (de 30 y 45 metros de altura) ya se han finalizado, y faltan solo las uniones de éstas con las vidrieras y fachadas.
El exterior del templo seguirá su paso lento, sin fecha prevista de finalización, aunque según el arquitecto 'las generaciones jóvenes lo verán'.
El elemento más espectacular que aun falta por levantar es el gran cimborrio, de 170 metros de altura, que podrá verse a kilómetros de distancia.
En cuanto a las visitas, las cifras han descendido con respecto a años anteriores. En 2008 llegaron a contabilizarse 2.731.690 visitantes, nada menos que 107.000 menos que el año anterior. Y las expectativas para 2009 son aun peores.
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