Cuando paseamos por la calle Canuda y llegamos a la plaza Vila de Madrid, nos encontramos con unos tenderetes donde venden sus productos ciertos 'artesanos' (un día explicaré por qué entrecomillo esta palabra al hablar de mercadillos callejeros).
Esto era así hasta hace poco, porque la plaza está experimentando fuertes cambios, y no sólo por decisión municipal, sino porque sus vecinos han conseguido presionar de forma contundente para que se recupere el espacio para el barrio.
Entre las reformas están la creación de una zona infantil, la protección del ajardinado, y la medida más visible: trasladar para siempre los tenderetes del mercadillo.
El ayuntamiento se reunió con los vendedores para tratar este tema, y al parecer han aceptado una nueva ubicación en la Plaça dels Angels (Raval), justo delante del Macba y rodeados de skaters (monopatineros) y los personajes habituales de la plaza.
No creo que les vaya a gustar mucho el cambio cuando comprueben la diferencia de 'clientes potenciales', pero no les dejan otra opción.
Con la marcha de los 14 stands y la liberación del espacio que ocupaban, así como las reformas pedidas por los vecinos, la plaza quizá vuelva a recuperar el aspecto de un tranquilo lugar de descanso para los vecinos.
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