Sin embargo en 1971 sus comerciantes se trasladaron al nuevo Mercabarna, en la Zona Franca.
Una vez perdido su esplendor, su clientela y su bullicio, fue cerrado con la intención de reconvertirlo con el tiempo en un centro cívico para el barrio de La Ribera. Lo malo fue el gran hallazgo arqueológico que salió a la luz al excavarlo, todo un entramado de calles y casas de los siglos XVII y XVIII perfectamente definidos y conservados. Esto retrasó la elaboración de proyectos definitivos.
Desde entonces, su entorno languidece y dormita el sueño del olvido.
Se dijo que reabriría en 2007 con un nuevo uso, pero el mercado sigue completamente abandonado. Distintos son los proyectos elaborados y rechazados una y otra vez para este enorme edificio de hierro, cuya estructura y fachadas deberán ser finamente restauradas.
La opción menos agresiva con los restos arqueológicos es la de un Centro Cultural, realmente necesario en esta zona de la ciudad antigua. La opción de una gran biblioteca con varias plantas subterráneas creó una gran polémica y fue rechazada.
El proyecto definitivo hace que el centro cultural se levante sobre dos plataformas metálicas a ambos lados del espacio central del mercado, y suspendidas sobre los restos, de forma que se apoyen en unos pocos pilares estratégicamente situados para no dañarlos. La nave central quedará así al descubierto con su yacimiento arqueológico perfectamente visible.
En total, de los 8.000m2 del mercado, el centro cultural ocupará 4.500.
Sigue sin existir ninguna fecha, tanto para el comienzo de las obras como para su finalización.
No hay comentarios:
Publicar un comentario