Documentada en 1786, se trata del mercadillo navideño por excelencia de Barcelona, con más de 300 puestos y decenas de miles de visitantes.
No hay barcelonés que no haya acudido a ella en busca de una figurita del belén, un árbol, un caganer o un adorno.
Empezaron siendo tres mercados diferentes en el mes de diciembre separados por cientos de metros, y a comienzos del siglo XX se unificaron en la plaza de la Catedral y alrededores.
Abre desde finales de noviembre hasta el 23 de diciembre, momento en que la sustituye la Feria de Reyes en la Diagonal.
Aquí una foto de la feria en 1923:
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